Publicado 22-02-2021
Es complicado hablar de la historia. Ya dijo el humanista
francés Jean Paul Sartre que "incluso el pasado puede modificarse; los
historiadores no paran de demostrarlo". Running Travel, agencia de viajes
especialista en viajes organizados y en grupo a Praga, desde estas humildes líneas,
quiere hablar hoy de cuatro personajes que marcaron (o siguen marcando) la
historia de la ciudad de Praga. Un rey, un escritor, un estudiante y un escultor.
El rey vivió en la baja Edad Media, el escritor a caballo entre los siglos XIX
y XX, el estudiante en pleno siglo XX y el escultor sigue vivo.
El rey es Carlos I de Bohemia y IV de Alemania, emperador
del Sacro Imperio Romano Germánico. Aunque había nacido en Praga, con 7 años
fue enviado a la corte francesa, donde fue instruido por el futuro Papa
Clemente VI, hecho que le convirtió en una de las personas más cultas de su
tiempo. No en vano, posteriormente escribió la "Vita Caroli Quarti",
considerada como la primera autobiografía de un dirigente europeo. Convirtió a
Praga en la capital del Sacro Imperio, ordenó construir la Catedral de San Vito
y el Puente Carlos (que une a la Ciudad Vieja y el barrio de Mala Strana), y
creó la "Nove Mesto", la ciudad nueva. El legado de Carlos I de
Bohemia, convirtió a Praga en la ciudad monumental que hoy disfrutamos.
"Cuando Gregorio Samsa despertó aquella mañana, después
de un sueño intranquilo, se halló en su cama transformado en un insecto
monstruoso". Así empieza La Metamorfosis, junto al Proceso, la obra más
célebre de Franz Kafka. Si hay que definir de alguna manera la literatura de
este escritor checo de origen alemán, se podría decir que es la "filosofía
de lo absurdo". Hasta tal punto fue oscura, angustiosa y surrealista, su
vida y su obra, que en muchos idiomas, existe la palabra "kafkiano",
para referirse a situaciones insólitas o absurdas. La ciudad de Praga está muy
presente en la obra de Kafka, y Kafka está presente en cada rincón de la ciudad
de Praga. Descubre el legado de Kafka en nuestro viaje a Praga preparado para
el verano de 2021.
Situémonos ahora en el verano de 1968. Checoslovaquia lleva
20 años bajo el mandato del Partido Comunista Checo, siguiendo las órdenes de
Moscú. Tras 20 años de represión política, a Praga llegan los nuevos aires del
Mayo francés. El Partido Comunista Checo, liderado por Alexander Dubcek, decide
desmarcarse de la Unión Soviética e inicia un intento de superación del
comunismo y suavización del sistema: "Socialismo de rostro humano",
le llamaron. Naturalmente, este intento de reforma, no gusto en Moscú y el 21
de Agosto de 1968, medio millón de soldados soviéticos, apoyados por los
tanques del Pacto de Varsovia, invadieron Praga. Tras meses de protestas, el 16
de Enero de 1969, el estudiante de filosofía Jan Palach, se prendió fuego
frente al edificio del Museo Nacional, para protestar contra la invasión
soviética. Palach, con quemaduras en un 85% de su cuerpo, murió días después y
se convirtió en un auténtico héroe nacional.
David Cerny se acercó a unos soldados, y con un permiso
falso, les convenció de que estaba autorizado por el ejército checo para pintar
un tanque de color rosa. No está mal como carta de presentación. Esa fue la
primera acción de este transgresor escultor nacido en Praga el día de Navidad
de 1967. Cerny, considera que la gran mayoría de las estatuas y esculturas que
hay en Praga, están desfasadas en pleno siglo XXI. Su principal argumento es
que gran cantidad de esas estatuas representan al catolicismo, cuando el 75% de
los habitantes de la República Checa se declara "no creyente". Y en
eso anda Cerny, en muchos lugares de Praga, se pueden encontrar provocadoras
y/o divertidas obras del escultor. Y con un poco de suerte, también te lo puedes
encontrar a él tomando una cerveza cerca del río Eslava.
En el siguiente enlace podrás encontrar los detalles del viaje de Praga a Pie, turismo urbano en grupo, organizado para los meses de Julio y Agosto de 2022:
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